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In the last quarter of the twentieth century, much of the world sat on the edge of an increasingly expensive theater seat waiting for something momentous to occur. Christian aficionados of the Second Coming scenario were convinced that, after two thousand years, the other shoe was about to drop. And five of the era's best-known psychics predicted that Atlantis would soon reemerge from the depths. To this last, Princess Leigh-Cheri responded, 'There are three lost continents�we are one: the lovers.' In whatever esteem one might hold Princess Leigh-Cheri's thoughts, one must agree that the last quarter of the twentieth century was a severe period for lovers. It was a time a time when romantic relationships took on the character of ice in spring, stranding many little children on jagged and inhospitable floes. Nobody quite knew what to make of the moon anymore
Consider a certain night in August. The moon was so bloated it was about to tip over. For more than an hour, Leigh-Cheri stared into the sky. 'Does the moon have a purpose?' She inquired. The same query put to the Remington SL3 typewriter elicited this response: Albert Camus wrote that the only serious question in life is whether to kill yourself or not. Tom Robbins wrote that the only serious question is whether time has a beginning and an end. Camus clearly got up on the wrong side of bed, and Robbins must have forgotten to set the alarm. There is only one serious question. And that is: Who knows how to make love stay? Answer me that and I will tell you whether or not to kill yourself. Answer me that and I will ease your mind about the beginning and end of time. Answer me that and I will reveal to you the purpose of the moon.
En el último cuarto del siglo XX, gran parte del mundo se sentó en el borde de una butaca de teatro cada vez más cara la espera de que algo trascendental que se produzca. Los aficionados cristianas del escenario de la Segunda Venida estaban convencidos de que, después de dos mil años, el otro zapato estaba a punto de caer. Y cinco de los psíquicos más conocidos de la época predijo que la Atlántida no tardaría en resurgir de las profundidades. Para este último, la princesa de Leigh-Cheri respondió: "Hay tres continentswe perdidos son una misma cosa. Los amantes ' En lo que estima que se podría tener pensamientos princesa Leigh-Cheri, uno debe estar de acuerdo que el último cuarto del siglo XX fue un período de severa para los amantes. Era una época en un momento en que las relaciones románticas adquirió el carácter de hielo en primavera, dejando varados a muchos niños en témpanos de irregulares e inhóspito. Nadie sabía muy bien qué hacer con la luna más
Considere la posibilidad de cierta noche en agosto. La luna estaba tan hinchado que estaba a punto de volcar. Durante más de una hora, Leigh-Cheri miró hacia el cielo. "¿La luna tiene un propósito? Pregunta. La misma consulta puso a la máquina de escribir Remington SL3 provocó esta respuesta: Albert Camus escribió que la única seria Questi
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La Dispute
One
One
In the last quarter of the twentieth century, much of the world sat on the edge of an increasingly expensive theater seat waiting for something momentous to occur. Christian aficionados of the Second Coming scenario were convinced that, after two thousand years, the other shoe was about to drop. And five of the era's best-known psychics predicted that Atlantis would soon reemerge from the depths. To this last, Princess Leigh-Cheri responded, 'There are three lost continents�we are one: the lovers.' In whatever esteem one might hold Princess Leigh-Cheri's thoughts, one must agree that the last quarter of the twentieth century was a severe period for lovers. It was a time a time when romantic relationships took on the character of ice in spring, stranding many little children on jagged and inhospitable floes. Nobody quite knew what to make of the moon anymore
Consider a certain night in August. The moon was so bloated it was about to tip over. For more than an hour, Leigh-Cheri stared into the sky. 'Does the moon have a purpose?' She inquired. The same query put to the Remington SL3 typewriter elicited this response: Albert Camus wrote that the only serious question in life is whether to kill yourself or not. Tom Robbins wrote that the only serious question is whether time has a beginning and an end. Camus clearly got up on the wrong side of bed, and Robbins must have forgotten to set the alarm. There is only one serious question. And that is: Who knows how to make love stay? Answer me that and I will tell you whether or not to kill yourself. Answer me that and I will ease your mind about the beginning and end of time. Answer me that and I will reveal to you the purpose of the moon.
La Dispute
Uno
Uno
En el último cuarto del siglo XX, gran parte del mundo se sentó en el borde de una butaca de teatro cada vez más cara la espera de que algo trascendental que se produzca. Los aficionados cristianas del escenario de la Segunda Venida estaban convencidos de que, después de dos mil años, el otro zapato estaba a punto de caer. Y cinco de los psíquicos más conocidos de la época predijo que la Atlántida no tardaría en resurgir de las profundidades. Para este último, la princesa de Leigh-Cheri respondió: "Hay tres continentswe perdidos son una misma cosa. Los amantes ' En lo que estima que se podría tener pensamientos princesa Leigh-Cheri, uno debe estar de acuerdo que el último cuarto del siglo XX fue un período de severa para los amantes. Era una época en un momento en que las relaciones románticas adquirió el carácter de hielo en primavera, dejando varados a muchos niños en témpanos de irregulares e inhóspito. Nadie sabía muy bien qué hacer con la luna más
Considere la posibilidad de cierta noche en agosto. La luna estaba tan hinchado que estaba a punto de volcar. Durante más de una hora, Leigh-Cheri miró hacia el cielo. "¿La luna tiene un propósito? Pregunta. La misma consulta puso a la máquina de escribir Remington SL3 provocó esta respuesta: Albert Camus escribió que la única seria Questi
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